LAS CARRERAS DE CUADRIGAS EN GRECIA
En los
Juegos Olímpicos Antiguos, al igual que en los Juegos Panhelénicos, había
carreras tanto con carros de cuatro caballos, como con carros de dos caballos.
Las carreras de carros se incorporaron por primera vez a los Juegos Olímpicos
en el 680 d. C.
Las carreras
comenzaban con una procesión en el hipódromo, durante la cual un heraldo
recitaba los nombres de los aurigas y de sus dueños.
El hipódromo
de Olimpia tenía cerca de 549 metros de largo y 275 m de ancho, y en él podían
competir hasta 60 carros al mismo tiempo (aunque en la práctica el número
probablemente era mucho más bajo). Estaba situado bajo una colina y a orillas
de un caudaloso río que proporcionaba un lugar perfecto para alojar hasta unos
10.000 espectadores.
El tethrippon consistía en doce vueltas alrededor
del hipódromo, estando cada vuelta determinada por un poste en cada uno de los
dos extremos. En estas carreras se usaban dispositivos mecánicos, tales como
puertas, que eran bajadas permitiendo así la salida de los carros y, de este
modo, el comienzo de la carrera. Estaban colocadas escalonadamente de modo que
los carros colocados en una posición exterior del circuito comenzaban la
carrera antes que los situados en el interior. Esto era así porque, como las
carreras se celebraban en un circuito cerrado, de esta manera todos los carros
tenían un recorrido de igual longitud. Otros dispositivos mecánicos eran los
conocidos como el "águila" y el "delfín", que eran
levantados para indicar el comienzo de la carrera y se bajaban durante la
carrera para señalar el número de vueltas restantes. Estos dispositivos eran
probablemente tallas de bronce que representaban esos animales, instalados en
los postes de la línea de salida.
Al contrario
que en otros acontecimientos olímpicos, los participantes de las carreras de
carros no iban desnudos, debido probablemente al polvo levantado por caballos y
carros y a la posibilidad de desplomes sangrientos. Estos participantes
llevaban una prenda llamada xystis.
Esta prenda llegaba hasta los tobillos y estaba sujetada por encima de la
cintura con una simple correa. Dos tirantes que se cruzaban en la parte
superior e inferior impedían que los xystis se levantaran durante la carrera.
Al igual que los jinetes modernos, los aurigas
eran elegidos por su ligereza física, pero también era necesario que fuesen
altos, de modo que normalmente se trataba de adolescentes.
Los carros
eran una modificación de los carros de guerra, construido principalmente de
madera y con una apertura en la parte trasera, a pesar de que para entonces los
carros ya no solían usarse en la batalla. Como el carro se apoyaba sobre un
solo eje, éste solía moverse bastante. La parte más importante de la carrera,
al menos para los espectadores, era el cerrado giro que los carros tenían que
dar en los extremos del hipódromo, los cuales eran muy peligrosos y a menudo
mortales. Si un carro no había sido atropellado por un oponente antes del giro,
los otros oponentes podrían hacerlo volcar o estrellarse (junto al conductor y
los caballos) mientras realizaba dicho giro. De hecho, correr hacia un oponente
era técnicamente ilegal, aunque no podía evitarse , de todos modos, era muy
probable que estos impactos sucediesen por accidente.
En los
tiempos micénicos, el participante de la carrera y el dueño podrían haber sido
la misma persona y, por lo tanto, el participante era quien ganaba el premio.
Sin embargo, en la época de los Juegos Panhelénicos, los conductores
normalmente eran esclavos y el premio le era concedido a su dueño.
Las carreras
de carros eran una manera de demostrar en los juegos la prosperidad de los
griegos.
En estos
juegos, los vencedores de las carreras con cuadrigas ganaban 140 ánforas de
aceite de oliva, un premio extremadamente costoso y más aceite del que el
atleta necesitaría en toda su carrera. Probablemente, la mayor parte era
vendida a otros atletas.
Había otra
forma de carreras en los Panateneas conocida como el apobotai y el anabotai. El
anabotai consistía en saltar por un lateral del carro mientras éste estaba
corriendo, y el apobotai implicaba
saltar nuevamente dentro del carro después de correr tras él. En estas carreras
había un segundo auriga que sostenía las riendas mientras el otro conductor
saltaba, pero por supuesto ninguno de ellos era considerado el ganador. Ganaba
el primer carro en atravesar la línea de meta, pero no importaba si el
conductor estaba dentro o fuera del carro. Si el conductor se estrellaba, y
todavía podía correr, ganaba si cruzaba la meta a pie.
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