10 noviembre 2016

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La lateralidad, su caracterización e importancia en el desarrollo del niño en la edad inicial

    El término lateralidad hace referencia al predominio motor de un lado del cuerpo respecto al otro (ser diestro o zurdo). En la literatura sobre el tema, Le Boulch (1995), Díaz Bolio (2006) y Berruelo (1990) consideran que la base a partir de la cual el niño va diferenciando uno de otro lado del cuerpo es el equilibrio, ya que para mantenerlo debe realizar una serie de movimientos de compensación con uno y otro lado del cuerpo. A medida que va experimentando va estableciendo las posibilidades y diferencias de cada lado.

    A nivel social, existe una marcada tendencia hacia lo diestro y años atrás incluso se forzaba a niños y niñas de tendencia zurdos a cambiar. Hoy en día está comprobado el error que supone forzar al niño a este cambio y lo más conveniente es favorecer y estimular sus habilidades teniendo en cuenta que progresivamente irá manifestando cada vez más su predominio lateral.

    Esta autora citando a Berruelo (1990), refiere que la lateralidad es la preferencia o uso más frecuente y efectivo de una mitad lateral del cuerpo frente a la otra y depende tanto de factores biológicos (desarrollo neurológico del individuo y de su genética); y también de las influencias culturales que recibe el niño o la niña. Respetar e incluso potenciar sus tendencias naturales será positivo para sus aprendizajes, tanto manipulativos como intelectuales (orientación en el espacio, aprendizaje lecto-escritura, etc.).

    Sobre las etapas por la que transcurre el desarrollo de la lateralidad existen coincidencia entre varios investigadores algunos consideran que la lateralización, hasta los cinco años, se consolida siguiendo el siguiente esquema: al principio, el niño/a realiza movimientos bilaterales, es decir, lo que hace con una mano repercute en la otra. Su cuerpo reacciona globalmente. Más adelante, hacia los dos años, incluso antes y hasta los cinco, experimenta alternativamente con una y otra mano, lo que le permite comparar resultados.

    La mano no es el único miembro de predominio lateral, sino que, en general, es todo el eje, de cabeza a pies (visión, mano y pie de un mismo lado). En algunas personas se puede desarrollar lo que se denomina lateralidad cruzada (por ejemplo, se es zurdo de mano y diestro de ojo y pie).

    Otros autores afirman que en el proceso desarrollo de la lateralidad se distinguen tres fases; pero a los efectos de la investigación sólo se abordan las dos primeras: la indiferenciada que dura hasta los tres años y en ella se manifiesta indefinición o manifestación no precisa de la lateralidad, la alternante, que se prolonga desde los tres a los seis años: el niño realiza más o menos coordinadas con ambas manos. Para lograr una lateralidad, se requiere de las experiencias motrices y sensoriales, así como de la evolución del pensamiento. A todo esto debe contribuir el profesor de educación física desde edades tempranas.

    Los postulados anteriormente analizados posibilitaron determinar las siguientes premisas que deben considerarse para una adecuada estimulación motriz y sensorial de la lateralidad, que han sido elaboradas por la autora a partir del análisis de los antecedentes de los estudios sobre el tema.
  1. Respetar la dominancia que cada niño tiene y no obligarlo a utilizar una u otra mano.
  2. Conocer las consecuencias de un trastorno de la lateralidad, para poder dar el tratamiento adecuado.
  3. No dejar a la espontaneidad el desarrollo de un proceso, que si bien transcurre en muchos niños sin dificultad, en otros se manifiesta deficientemente.
  4. Los problemas en el desarrollo de la lateralidad producen otros trastornos importantes que pueden evitarse con una estimulación temprana de este proceso.
Conclusiones

    El análisis realizado permitió abordar los principales aportes teóricos y metodológicos, sobre el desarrollo psicomotriz y su importancia para el desarrollo integral de los niños en la etapa inicial. Así mismo se establecieron los fundamentos epistemológicos del papel de la Educación física en el desarrollo de la lateralidad.


    Para contribuir a desarrollar la lateralidad en la etapa inicial, el profesor de Educación física debe conocer que las deficiencias en su conformación condiciona consecuencias descritas por varios investigadores y hay consenso de que puede generar: problemas con la lectura y escritura, la orientación espacial, tartamudez, dislexia, dificultades para concentrarse, entre otras. De ahí la importancia de la clase de Educación física para contribuir en este sentido.

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